Lipoproteína(a): el colesterol oculto que aumenta el riesgo cardiovascular

Lipoproteína(a): el colesterol oculto que aumenta el riesgo cardiovascular

Mike Munay

La lipoproteína(a): el colesterol oculto que puede cambiarlo todo

Cuando hablamos de colesterol, solemos pensar en tres protagonistas: el LDL, el HDL y el colesterol total.

Debes recordar que no hay colesterol "bueno" ni "malo" como ya comentamos en este artículo. El colesterol es el menú básico que aparece en casi cualquier analítica, y cuando lo tenemos alto, decimos que tenemos dislipidemia.

Pero hay un cuarto elemento, mucho menos conocido y al que se ha prestado muy poca atención durante décadas: la lipoproteína(a) o Lp(a).

La lipoproteína(a) o Lp(a) es un tema candente en cardiología porque durante mucho tiempo estuvo medio olvidada, pero ahora se la señala como un factor de riesgo cardiovascular independiente, casi un “enemigo silencioso” que no se detecta con las analíticas estándar.

Y aquí viene lo inquietante: la Lp(a) puede ser un factor de riesgo cardiovascular tan importante como el colesterol LDL, y sin embargo la mayoría de personas nunca se ha medido sus niveles. Es como si en la película de tu salud cardiovascular hubiera un villano oculto en la sombra.

¿Qué es la lipoproteína(a)?

En términos simples, la Lp(a) es una LDL con esteroides. Está formada por una partícula de LDL (el famoso y mal llamado “colesterol malo”) a la que se une una proteína extra: la apolipoproteína(a).

Esa unión no es un mero detalle: la convierte en una partícula mucho más pegajosa, más difícil de limpiar de la sangre y con más capacidad para depositarse en la pared de las arterias. En otras palabras, un candidato perfecto para acelerar la arterioesclerosis.

¿Por qué debería preocuparte?

Porque una Lp(a) elevada duplica el riesgo de infarto de miocardio, ictus e incluso estenosis aórtica. Y lo hace de manera independiente: da igual que tu LDL esté perfecto o que tu estilo de vida sea ejemplar, si la Lp(a) está alta, el riesgo sigue ahí.

Lo peor es que no da síntomas. Puedes correr maratones, comer sano y dormir ocho horas, y aun así tener este “colesterol oculto” jugando en tu contra, ya que a diferencia del colesterol LDL o HDL, que responden a la dieta, el ejercicio y los fármacos, la Lp(a) está prácticamente escrita en tu ADN. La concentración en sangre depende del número de repeticiones de un fragmento del gen que codifica la apolipoproteína(a).

Traducido: si tienes Lp(a) alta, no es porque lo estés haciendo mal. Es pura herencia genética. De hecho, es frecuente que en familias con varios infartos precoces (personas que sufren un evento antes de los 50 años) la Lp(a) sea el verdadero culpable oculto.

Cómo saber tus niveles

Aquí está la trampa: la Lp(a) no se mide en las analíticas rutinarias. Si tu médico no lo pide expresamente, nunca aparecerá en el informe. Por lo que se debe pedir especificamente a la hora de realizar una analítica de sangre.

Los valores suelen expresarse en mg/dL o en nmol/L, y a partir de 50 mg/dL (o 125 nmol/L) se considera un nivel alto.

¿Y si la tienes alta?

Ahora mismo, las malas noticias: no existe un tratamiento específico aprobado para bajar la Lp(a).

  • La niacina (vitamina B3) podía reducirla, pero los efectos secundarios superaban los beneficios.
  • Las estatinas, que son el tratamiento estrella para reducir LDL, no tienen impacto en la Lp(a).

¿Qué queda? Ser implacable con el resto de factores de riesgo: bajar el LDL al mínimo, controlar la tensión arterial, no fumar, vigilar la diabetes… Es decir, blindar todas las puertas por donde la enfermedad cardiovascular puede colarse.

El futuro ya está en camino

La investigación avanza rápido. En ensayos clínicos ya se están probando terapias de silenciamiento de ARN (como pelacarsen o olpasiran) que pueden reducir la Lp(a) en más de un 80%. Si todo va bien, podrían convertirse en la próxima revolución en prevención cardiovascular.

Imagina poder neutralizar al villano oculto que durante años se movía en la sombra. Eso está mucho más cerca de lo que parece.

Conclusión

La lipoproteína(a) es, literalmente, el colesterol del que nadie habla. Un factor genético, silencioso e invisible en las analíticas habituales, pero con un impacto enorme en la salud del corazón y las arterias.

Si tienes antecedentes familiares de infarto precoz, o si simplemente quieres conocer todos los ángulos de tu riesgo cardiovascular, pide que te midan la Lp(a). Solo así sabrás si en tu historia hay un personaje oculto con un papel mucho más importante de lo que imaginas.

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1 comentario

Gracias por brindarnos nuevos conocimientos de manera clara paraa tener en cuenta en el cuidado de nuestra salud;

Rosa

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Y se acabó el artículo :(

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