
¿Confianza o ignorancia?
Mike MunayCompartir
-Doctor, no hace falta que me mande pruebas. Ya sé lo que tengo, lo busqué en Google
Decía Marta, convencida frente al médico.
Estaba segura de que sus dolores abdominales eran fruto de una intolerancia alimentaria. Lo había leído en varios foros y la descripción coincidía perfectamente con lo que sentía. El médico, con calma, le pidió pruebas adicionales. Ella insistió: "No es necesario, ya sé lo que me pasa".
Unos días después, cuando llegaron los resultados, fue diagnosticada con una enfermedad autoinmune que le provocaba esos síntomas. Ella, lejos de reconocer su arrogancia, argumenta que la enfermedad se había desatado precisamente porque no le hicieron caso en su diagnóstico inicial, lo que provocó la segunda enfermedad.
En otra parte de la ciudad, Alberto agitaba unas hojas con gráficos en una cafetería, rodeado de amigos.
–El mercado va a subir, es obvio. Solo hay que invertir ahora.
Alberto declaraba con la seguridad de un experto. Había leído dos blogs de inversión y visto varias veces El Lobo de Wall Street. Cuando sus amigos dudaron, insistió:
-Si no lo hacéis, perderéis la oportunidad de vuestras vidas.
Tres meses después, sus ahorros habían desaparecido en una caída bursátil. Su conclusión: la estrategia era correcta, pero no funcionó porque la gente no le hizo caso y no entró en el momento adecuado para que subiera. La bolsa se había desplomado pero su arrogancia no.
Lucía, en cambio, trabajaba en una agencia de marketing. Apenas llevaba un año en el sector cuando empezó a cuestionar el trabajo de los veteranos.
-El rediseño del logo de esa famosa empresa es una estafa, por lo que ha costado se puede hacer algo mucho mejor que cambiarle el color y mover 2 líneas.
Convenció al equipo para liderar el rediseño de la identidad visual de un cliente consolidado, cambiando tipografías, colores y eslóganes. Ella estaba convencida de que iba a “revolucionar la marca” y atraer a nuevos clientes. El resultado fue devastador: pérdida de reconocimiento, quejas de consumidores fieles y caída en ventas.
La explicación de Lucía fue simple y arrogante como los otros casos:
-Lo que pasa es que el público todavía no entiende el valor de mi propuesta.
Tres historias distintas, un mismo patrón: personas con poca experiencia convencidas de tener la verdad absoluta. Y lo más inquietante es que cuanto menos saben, más seguras parecen estar. Lo más peligroso es que la propia ignorancia nos impide ver lo poco que sabemos.
¿Te suena?
Ese espejismo tiene nombre: el efecto Dunning-Kruger.
Cuñadismo puro, en jerga popular española.
El efecto Dunning-Kruger
El Efecto Dunning-Kruger es un sesgo cognitivo que describe cómo las personas con baja habilidad o conocimiento en un área tienden a sobreestimar su competencia, mientras que aquellos con alta habilidad suelen subestimarse.
Origen del término
Fue descrito en 1999 por los psicólogos David Dunning y Justin Kruger, de la Universidad de Cornell. El detonante fue un caso tan insólito como revelador: McArthur Wheeler, un hombre que intentó robar un banco untándose jugo de limón en la cara, convencido de que así sería invisible para las cámaras de seguridad.
El experimento original
Dunning y Kruger realizaron pruebas de lógica, gramática y humor a estudiantes universitarios y les pidieron que evaluaran su propio rendimiento. Los resultados fueron claros:
- Los peor puntuados se creían por encima de la media.
- Los mejores puntuados tendían a infravalorarse.
El hallazgo fue devastador: la incompetencia no solo genera errores, sino que también impide reconocerlos.
La curva del conocimiento
El fenómeno suele representarse con la curva de confianza frente a conocimiento:
- Monte de la estupidez: el exceso de confianza tras un aprendizaje superficial.
- Valle de la humildad: la toma de conciencia de la propia ignorancia.
- Pendiente del conocimiento: el avance lento y realista hacia la verdadera competencia.
Casos reales
🎓 Educación
Los estudiantes con menor rendimiento académico sobreestiman sus notas esperadas, mientras que los mejores tendían a dudar de sí mismos. Seguramente te suene la frase de alumno aplicado de "El profesor me tiene manía porque sé más que él" o el caso contrario de "Creo que voy a suspender" y acaba sacando un 8.
🏥 Medicina
El fenómeno aparece en la autopercepción de pacientes que, tras leer información en internet, cuestionan diagnósticos médicos con una seguridad que no guarda relación con sus conocimientos reales. El día a día en las consultas de los profesionales sanitarios.
💼 Trabajo y liderazgo
En empresas, el sesgo explica cómo individuos poco competentes alcanzan puestos de responsabilidad: su exceso de confianza es confundido con liderazgo y capacidad. El mundo de jefecillos intermedios que nadie sabe que aporta ni por qué llegaron ahí.
🌐 Redes sociales
En la era digital, el Dunning-Kruger se amplifica: influencers opinando sobre economía global sin estudios, terraplanistas con “pruebas” surrealistas y razonamientos absurdos, gurús de salud sin formación que acumulan millones de seguidores y nutricionistas que aprendieron en el gimnasio lo que le va bien a cada cuerpo e imponen su "conocimiento" con mensajes absolutistas e insultos a quien se atreve a no darles la razón.
🗳️ Política
En política, el fenómeno es especialmente peligroso. Políticos sin formación técnica en economía, ciencia, sanidad o relaciones internacionales emiten juicios contundentes y diseñan políticas que afectan a millones de personas.
Políticas basadas en paquetes ideológicos que cumplen sin pensar y nunca en razonamientos científicos demostrados, porque, paradójicamente, esa seguridad sin matices convence al electorado más que el discurso prudente de expertos que reconocen la complejidad de los problemas.
Conclusiones del fenómeno
- La ignorancia infla la confianza.
- El conocimiento real suele generar humildad.
- Todos somos vulnerables al sesgo en áreas que no dominamos.
- El mayor peligro no es no saber, sino no saber que no sabemos.
- A las personas, les convence más la seguridad en sí mismo de un ignorante que el conocimiento del experto.
Reflexión final
El Efecto Dunning-Kruger es más que un sesgo psicológico: es un reflejo social. Hoy vivimos rodeados de voces que hablan con seguridad pero sin conocimiento. La era digital amplifica este fenómeno, premiando la confianza rotunda sobre la prudencia reflexiva.
Mientras tanto, los verdaderos expertos, conscientes de las limitaciones de sus disciplinas, se expresan con matices y cautela. Y en un mundo que idolatra la seguridad en el discurso, esa prudencia suena débil.
El reto es aprender a distinguir entre el ruido y la voz autorizada, entre la arrogancia de la ignorancia y la serenidad de la sabiduría.
Tres citas para pensar y reflexionar sobre el mundo que nos rodea y nuestra propia autopercepción;
"Reconocer lo que no sabemos es el primer paso hacia el conocimiento."
Sócrates
"Todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas"
Albert Einstein
"Nunca discutas con un ignorante, te hará descender a su nivel y ahí te vencerá por experiencia"
Mark Twain
Referencias
Dunning, D., & Kruger, J. (1999). Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of Personality and Social Psychology, 77(6), 1121–1134. https://doi.org/10.1037/0022-3514.77.6.1121
Ehrlinger, J., Johnson, K., Banner, M., Dunning, D., & Kruger, J. (2008). Why the unskilled are unaware: Further explorations of (absent) self-insight among the incompetent. Organizational Behavior and Human Decision Processes, 105(2), 98–121. https://doi.org/10.1016/j.obhdp.2007.05.002
Kruger, J., & Dunning, D. (2002). Unskilled and unaware—But why? A reply to Krueger and Mueller (2002). Journal of Personality and Social Psychology, 82(2), 189–192. https://doi.org/10.1037/0022-3514.82.2.189
Pennycook, G., & Rand, D. G. (2019). Lazy, not biased: Susceptibility to partisan fake news is better explained by lack of reasoning than by motivated reasoning. Cognition, 188, 39–50. https://doi.org/10.1016/j.cognition.2018.06.011