¿Te has dado cuenta de que, en los últimos años, parece que el tiempo vuela mucho más rápido? Los días se sienten más cortos, las semanas pasan sin que te des cuenta, y completar todo lo que te propones en un solo día parece misión imposible. No importa cuánto te organices, siempre queda algo pendiente.
Esta sensación de que el tiempo pasa más rápido no es solo una percepción tuya, es algo que muchos están experimentando. Y no, no es solo porque estamos más ocupados o saturados con tecnología; hay quienes sugieren que algo más profundo podría estar afectando nuestra percepción del tiempo.
Quizás, en el trasfondo de todo, existe una razón más compleja, algo que tiene que ver con el planeta mismo y cómo interactúa con nosotros. Aunque no lo notemos, podría haber un fenómeno natural que esté relacionado con esa sensación de aceleración en nuestras vidas.
¿Y si el ritmo de la Tierra estuviera influenciando nuestro propio ritmo diario sin que nos demos cuenta?
La Resonacia Schumann
La resonancia Schumann es como un pulso natural del planeta, un latido silencioso que ha estado presente durante miles de años, y aunque no lo notemos, está ahí como parte del equilibrio natural de la Tierra.
Imagina que la Tierra es como un tambor gigante, y la atmósfera (la capa de aire que rodea el planeta) es la membrana del tambor. Cuando tocas el tambor, este vibra y produce sonidos. Algo similar ocurre con la resonancia Schumann, pero en lugar de golpes en un tambor, lo que genera vibraciones son los rayos y las tormentas eléctricas que ocurren en nuestro planeta, además de la influencia de la radiación solar sobre la atmósfera.
¿Qué está pasando exactamente?
La Tierra y su atmósfera forman una especie de cavidad gigante entre la superficie del planeta y la parte más baja de la ionosfera, que es la capa de la atmósfera donde empiezan a aparecer partículas cargadas por la radiación solar.
Los rayos que caen en cualquier parte del mundo emiten pulsos electromagnéticos. Estos pulsos viajan y rebotan entre la superficie de la Tierra y la ionosfera, creando ondas de baja frecuencia que se quedan atrapadas dentro de esta cavidad.
Estas ondas se organizan en un patrón que tiene una frecuencia específica, como las cuerdas de una guitarra que vibran a diferentes tonos. La frecuencia más conocida de la resonancia Schumann es de aproximadamente 7.83 Hz, lo que significa que las ondas vibran 7.83 veces por segundo.
Puedes leer más acerca de las ondas en nuestro artículo sobre ondas electromagnéticas, dónde podrás entender técnicamente qué significan.
¿Por qué esto es interesante?
Primero, estas frecuencias existen de forma natural y están presentes en todo el mundo. Como el tambor está siempre “sonando”, aunque nosotros no lo podamos escuchar con nuestros oídos, estas ondas electromagnéticas están ahí constantemente.
Un dato técnico interesante es que no solo existe una frecuencia, sino varias armónicas. La frecuencia principal es de 7.83 Hz, pero también hay otras más altas, como 14 Hz, 20 Hz, y así sucesivamente. Estos números son importantes porque son muy bajos, lo que significa que tienen muy poco impacto directo sobre nuestros dispositivos electrónicos, pero están constantemente “vibrando” en el fondo de todo lo que hacemos.
¿Cómo se mide?
La resonancia Schumann se puede medir con antenas muy sensibles que captan las ondas electromagnéticas de baja frecuencia. Estas mediciones permiten a los científicos monitorear no solo el comportamiento de las tormentas eléctricas, sino también las fluctuaciones de la ionosfera y otros fenómenos relacionados con la actividad solar y las condiciones climáticas.
La resonancia Schumann y el paso del tiempo
La relación entre la resonancia Schumann y la percepción del paso del tiempo es un tema interesante, pero también algo polémico.
Hay algunas teorías que sugieren que, dado que la frecuencia de la resonancia Schumann está en un rango que puede influir en el cerebro humano (nuestros cerebros también tienen ondas electromagnéticas de baja frecuencia), podría tener algún impacto en cómo nos sentimos o percibimos el tiempo.
Hasta la fecha, no hay pruebas concluyentes de que esto sea cierto.
¿Por qué se piensa que afecta a nuestra percepción del tiempo?
La resonancia Schumann, especialmente la frecuencia de 7.83 Hz, está en un rango similar al de las ondas cerebrales humanas.
Las ondas cerebrales, como las ondas alfa, tienen frecuencias que van desde los 8 a 12 Hz, y están asociadas con estados de relajación y meditación. Esta similitud ha llevado a la hipótesis de que podría haber una sincronización entre las ondas cerebrales y las ondas electromagnéticas naturales de la Tierra.
En nuestro artículo sobre las ondas cerebrales, podrás encontrar más información sobre las ondas cerebrales y su impacto en el cuerpo humano.
Algunos científicos sugieren que, si la resonancia Schumann cambia (por ejemplo, con una mayor actividad de tormentas o variaciones en la ionosfera), podría tener un impacto en nuestro cerebro y, por lo tanto, en cómo percibimos el tiempo.
Se ha planteado la idea de que los cambios en estas frecuencias podrían estar relacionados con la sensación de que el tiempo pasa más rápido o más lento.
¿Qué dicen los estudios?
De momento, los estudios formales sobre este tema están en etapas iniciales, y no hay resultados sólidos que confirmen esta relación.
- Investigaciones en neurociencia: Algunos neurocientíficos han explorado cómo las frecuencias electromagnéticas de baja frecuencia, como la resonancia Schumann, podrían influir en la actividad cerebral. Hasta ahora, no se ha demostrado una conexión directa entre la resonancia Schumann y los cambios en la percepción del tiempo, aunque sí se ha documentado que las ondas cerebrales pueden sincronizarse con ciertos estímulos externos de frecuencias específicas.
- Investigaciones sobre el bienestar: En paralelo, algunos estudios en el campo de la medicina alternativa y la biofísica han sugerido que la resonancia Schumann podría estar conectada con el bienestar general, ya que hay personas que afirman sentirse más alineadas con la “frecuencia natural” de la Tierra. Sin embargo, estos estudios no tienen un respaldo amplio dentro de la comunidad científica.
- Monitorización de la resonancia Schumann: Organizaciones como la NASA y el Instituto HeartMath (una entidad que estudia la conexión entre la salud emocional y el entorno electromagnético) están interesados en monitorear la resonancia Schumann. El HeartMath, por ejemplo, ha lanzado proyectos que investigan cómo los campos electromagnéticos del planeta influyen en los seres humanos. Aunque sus investigaciones no se centran directamente en la percepción del tiempo, abren la puerta a más estudios sobre cómo estos fenómenos podrían afectar a la fisiología humana.
- Proyectos internacionales: Algunos investigadores en Europa también están observando cómo las variaciones en las frecuencias naturales del planeta podrían estar relacionadas con cambios en el comportamiento humano. Estos estudios, aunque todavía preliminares, buscan entender mejor la conexión entre las ondas electromagnéticas y el cerebro.
Lo que se ha demostrado y lo que no
Lo que se ha demostrado:
- Se ha confirmado que la resonancia Schumann es un fenómeno real y que su frecuencia principal es de 7.83 Hz, junto con otras frecuencias armónicas.
- También se ha demostrado que las ondas cerebrales humanas pueden sincronizarse con frecuencias externas, aunque esto ocurre generalmente con estímulos muy específicos y no de manera automática o constante.
Lo que no se ha demostrado:
- No se ha probado de manera concluyente que la resonancia Schumann afecte nuestra percepción del tiempo.
- Tampoco se ha encontrado una correlación directa entre las fluctuaciones en las frecuencias Schumann y cambios notables en el comportamiento humano o en la salud.
- No hay evidencia científica robusta que respalde la idea de que las ondas de la Tierra influyan directamente en la productividad o la sensación de que los días pasan más rápido.
Conclusión
Aunque la resonancia Schumann es un fenómeno fascinante que resuena a nivel global, la relación entre estas frecuencias y nuestra percepción del tiempo sigue siendo un tema en investigación y no demostrado. Sin embargo, sigue siendo un campo prometedor para estudios futuros, especialmente en neurociencia y biofísica, que podrían arrojar luz sobre si y cómo los ritmos naturales del planeta interactúan con nuestro cuerpo y mente.
Para más información sobre estudios en curso, puedes consultar algunos de estos enlaces:
NASA sobre la resonancia Schumann
Y se acabó el artículo :(
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